viernes, 29 de marzo de 2013

SEIS PREGUNTAS SOBRE EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS - M. Moraes




Reflexiones de Marcos Moraes sobre el Propósito Eterno de Dios.  Octubre 2010, Río Preto. Brasil.

INTRODUCCIÓN
      Nos proponemos reflexionar acerca del Propósito Eterno de Dios. La manera en que lo haremos será mediante seis preguntas que formularemos, procurando contestarlas con textos del Nuevo Testamento. Meditemos  en las preguntas realizadas para luego hallar los versículos adecuados para responderlas. Nos encontramos con estas grandes verdades que dan dirección precisa a nuestra vida.
     Como introducción queremos afirmar que esta verdad debe tener un papel central en
nuestra vida, es el ingrediente principal sin lo cual todo pierde su sentido. Como obreros en la
Casa de Dios no trabajamos solo para formar gente, para crecer, agrandar la iglesia y para
tener un lindo grupo. Debemos trabajar en función del llamado que hemos recibido,
cooperando con el Propósito Eterno de Dios. Seria un error trabajar desenfocados y
dispersos, sin concentrar el corazón y la energía en la dirección correcta.
     Focalizar la atención  en este tema tiene una importancia central en nuestro aporte a la
edificación de la casa de Dios. Si queremos lograr intensidad, debemos concentrarnos Como
sucede con una lente que concentra la luz en un punto y logra quemar un papel, así tenemos
que concentrar nuestra mente y corazón en este foco principal, para lograr potencia y energía
en nuestro trabajo.

LAS SEIS PREGUNTAS
        Haciendo un breve repaso, recordamos que el Propósito Eterno de Dios no es solo salvar
a los hombres, sino tener una familia de muchos hijos semejantes a Jesús.  La salvación es
sólo un medio para alcanzar el objetivo. Durante este estudio, procuremos poner la mente y
el corazón en lo que  la Palabra de Dios tiene para decirnos respecto a este tema.
Proponemos detenernos en seis puntos que el Nuevo Testamento señala en relación al
Propósito Eterno, seis realidades fundamentales que tienen que estar claras y vigentes en
nuestra vida.
1- ¿En qué momento y en qué circunstancia nació el Propósito Eterno de Dios?
2- ¿Cual de sus atributos, Dios ha puesto enteramente a disposición del cumplimiento de
este Proyecto?
3- ¿Qué ocurre en el corazón de aquel que tiene revelación de este Propósito?
4- ¿ Qué ocurre con  el ministerio del que tiene esta revelación?
5- ¿Cuál es la estrategia dispuesta por Dios para el cumplimiento de este Propósito?
6- ¿Cuál es la dinámica en la vida del discípulo para que se desarrolle este Propósito?

(Nota del traductor: Sería muy recomendable que, para trabajar con este material, con grupos de 
discípulos, se enuncien sólo las preguntas. Los hermanos deberían pensar, buscar, y contestarlas haciendo 
uso, solamente, de pasajes del Nuevo Testamento. Luego, el coordinador, podría utilizar todo el apunte, con 
el fin de ampliar los conceptos)


1- ¿En qué momento y en qué circunstancia nació el Propósito Eterno de Dios?

Respuesta:
Ef 1:4-5   “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su
voluntad”

Reflexión:
Tomando como referencia este texto, vemos que el  Propósito Eterno nació en la
eternidad pasada, en el corazón de Dios, dentro de su persona. La comprensión de este
punto es extremadamente importante y necesaria. Si no entendemos esto, esta verdad
fundamental será, en la mente de los hermanos, nada más que una doctrina inerte, un
conocimiento teológico. Sería triste que el Propósito Eterno de Dios se transformara, entre
nosotros, solo en un tema más de nuestra carpeta de enseñanzas.
         Todas las cosas toman su lugar y razón de ser en función de esta verdad, pues, el
universo fue creado en función de este Propósito,  que nació primeramente en el corazón de
nuestro Padre. Dios no está simplemente tratando de salvar a los que se perdieron. En su
mente la salvación es solo un detalle dentro de un cuadro mucho mas amplio. Hemos
entendido que el Propósito Eterno de Dios es la razón de ser del universo y de toda creación.
Si no fuera por este Proyecto, Dios no hubiera tenido necesidad de crear nada. Todo lo hizo
porque quería una familia de hijos semejantes a Él, hijos entre los cuales Él pudiera habitar.
       ¿Qué  produce el entender esto en el corazón de un discípulo? Hay otros pasajes que
producen fe... Pero hay un elemento que solamente es producido por esta comprensión. La
revelación de este misterio es lo único que produce, en el corazón, verdadero sentido de
propósito. Comprender esto es comprender la razón por la cual yo existo. Esto responde a la
gran cantidad de dudas y preguntas que hay en la mente de las personas sobre el por qué de
su existencia.
   Testimonio de uno de los presentes: “Me convertí a la edad de 17 años, no era un gran
pecador, no tenia casi vicios, pero había algo en mi vida que me hacía un miserable: no sabía
para que vivía. Cuando me convertí, le encontré sentido a mi vida. Pero hoy entiendo que, ser
cristianos sin la comprensión del Propósito Eterno,  puede hacernos aún más miserables.”
     ¿Para qué se vive cuando el Propósito Eterno  no está claro?  Para el que no tiene esta
revelación la vida se transforma en un absurdo total. Y debe encontrar, de alguna manera, un
propósito para vivir. Algunos quieren ser ricos o famosos, otros tienen objetivos mas simples:
criar bien sus hijos, alimentarlos, que luego se casen... Otros tienen propósitos mas sencillos
todavía: vivir cada día para trabajar y ganar el sustento para poder alimentarse,  para poder
continuar trabajando y ganando su sustento para poder seguir viviendo. Vivir así es una
locura. Aquel sujeto que cae en los vicios, en las drogas, en el sexo, lo que esta haciendo es
tratar de encontrar una razón para su vida. Como resultado de su falta de objetivo, su
personalidad se ve afectada (su psiquis queda perturbada).
     El Propósito Eterno tiene ese ingrediente importantísimo, el de dar sentido a nuestra
existencia. Recuerdo que cuando comenzó el Movimiento, en Argentina, una de las 3
canciones mas cantadas era el texto de Efesios 1: “Bendito sea el Padre... “.  Hoy hay muchas
canciones para cantar...  Deberíamos proclamar cantando, nuevamente, estas verdades...

2- ¿Cuál de sus atributos, Dios ha puesto enteramente a disposición del cumplimiento de 
este Proyecto? 

Respuesta
      
Rom. 8:28-29  “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.  Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”

Reflexión:
Necesitamos entender que cuando Dios diseñó este Propósito, puso a disposición de
éste, toda su soberanía. Esto es lo que Rom. 8:28 nos está diciendo: el altísimo  Dios controla
todas las cosas, y  trabaja usando todas la cosas que ocurren de tal forma que  colaboren con
el cumplimiento de su  Propósito Eterno
         Vamos a ilustrar esta verdad: Un empresario experimentado no solo cuenta con un
esquema de funcionamiento. Él sabe de antemano, no solo cuáles son los elementos
indispensables para su empresa, sino que también está preparado para enfrentar todos
aquellos reveses que pueden surgir.  Él tiene una lista de posibles dificultades con las que se
encontrará, así como también las respectivas soluciones para  dichos problemas, Pero Dios
no se preocupa por los reveses en su empresa. Él los usa,  los manipula, trabaja con las
circunstancias, de tal forma, que estas cooperan con su fin. Ningún empresario puede hacer
esto, solo puede enfrentar los problemas procurando solucionarlos, Dios trabaja de tal forma
que todos los sucesos le son favorables. No algunos sucesos, sino todos... Por eso decimos
que el atributo dispuesto por Dios para el cumplimiento de su Propósito, es su misma
soberanía.
        Debemos creer que todas las cosas están bajo su control. Su Propósito Eterno tiene una
dotación de recursos infinitos. El presupuesto destinado por Dios no tiene límites, este
Proyecto no tiene posibilidad de fracaso.  Si nos sujetamos al Señor y buscamos su voluntad
para nuestra vida, no fracasaremos. Podemos garantizar que así será.
    Este pasaje de Romanos no nos debe servir solo para explicar que Dios quiere transformar
a sus hijos. Este no es el objetivo del pasaje. Es para aclarar esto: todas las cosas ayudan a
bien a los que conforme a su Propósito son llamados. Esto lo amplía luego, cuando nos dice:
a los que conoció, también los predestinó para que fuesen transformados conformes a la
imagen de su Hijo. El objetivo principal del pasaje es traernos esperanza, e impedir que, en
nuestro caminar, nos desanimemos, y en las dificultades seamos tentados a desistir.

3- ¿Qué ocurre en el corazón de aquel que tiene revelación de este Propósito?

Respuesta
Fil 3:12-14  “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo,
por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

Reflexión:
Aquí el apóstol nos está hablando de su anhelo de alcanzar este Propósito. Pablo nos
está mostrando su realidad interior. Vemos la fuerte intensidad con que esta realidad  habita
en su corazón. Pienso que aquí nos está expresando cómo es el corazón de una persona que
fue marcada por la revelación de este Propósito. Lo expresa así: No que lo haya alcanzado ya,
ni que sea perfecto, sino que prosigo por ver si logro conquistar aquello para lo cual fui
conquistado. Jesús me conquistó a mí con este objetivo,  y ahora yo quiero conquistarlo a Él.
          Es interesante que algunas traducciones usan una palabra más fuerte: Aquello para lo
cual fui preso. Es una expresión más intensa que  conquistado. Significa que Pablo se
consideraba un cautivo, un prisionero del Propósito Eterno de Dios. Para usar una expresión
mas moderna, diríamos que el apóstol fue poseído por una obsesión. Pablo era un obsesivo,
y aquella obsesión era alcanzar a Cristo, la razón por la cual había sido tomado. Ahora su
mente se encontraba esclavizada por esto, y expresa:  “Lo que era para mí ganancia, lo
estimo por pérdida por amor a Cristo, y aunque no lo he alcanzado, prosigo a la meta.”
            La persona que tiene esta revelación, no se distrae con otras cosas. No está
preocupada con cuestiones secundarias, su corazón se encuentra cautivado con este tema
esencial. Puede ser que en el inicio de la vida cristiana este preocupado, tenga dudas: ¿he
sido salvo? ¿Estoy lleno del Espíritu Santo? ¿Podré testificar? Pero una vez que tiene
revelación de este Propósito, tiene una sola necesidad: Alcanzar a Cristo, y esto se vuelve una
obsesión para él.
            La palabra griega usada por Pablo para explicar lo que ocurría en su corazón, al
expresar que quería asir aquello para lo cual fue asido es Katalambano, que traducido sería:
apoderarse, poseer, incautar algo y hacerlo propio. Pablo también nos dice, en el versículo
15, que esto es lo que tiene que suceder con toda la Iglesia. Para esto trabajamos, oramos,
obedecemos y nos esforzamos.
           Muchas veces percibimos, en la oración de algunos, que están centrados en otros
focos. Algunas veces en sí mismos... Y en consecuencia  viven en función de sus propios
negocios. Recordemos que en este punto no estamos hablando del ministerio, sino de lo que
ocurre en el corazón. De aquello que nació en el corazón de Dios, y que ahora tiene que estar
en el mío.
          Esta es la alegría que estaba propuesta para Jesús. Él debía ser obediente al Padre hasta
el fin.  Y esa obediencia fue para alcanzar el Propósito para el que había sido enviado. En
Hebreos lo expresa así: “He aquí yo, y los hijos que Dios me ha dado” (Heb. 2:13) Esta es la
expresión de Jesús, con la alegría de haber abierto el camino y proporcionado los medios 5
para que el Proyecto de Dios se pudiera cumplir. Este fue el gozo puesto delante de Él, por el
cual soportó la cruz menospreciando el oprobio. Jesús no necesitaba asemejarse a nadie,
pues Él es la viva imagen del Padre. Pero nos estaba dando la posibilidad de que otros fuesen
semejantes a Él. Obedeció al Padre de una manera perfecta. Y así, por medio de su muerte,
resurrección y ascensión, abrió la puerta para toda la familia de Dios. Este es el sentir que
había en el corazón de Jesús.

4- ¿Qué ocurre con  el ministerio del que tiene esta revelación?

Respuesta
      Ahora quisiéramos escuchar a Pablo hablando, no en relación a si mismo, sino con relación a su
trabajo: de qué modo entendía  él  la tarea que debía realizar.
Col. 1:24-29  “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que
falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho
ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que
anuncie cumplidamente la palabra de Dios,  el misterio que había estado oculto desde los
siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar
a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en
vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y
enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a
todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa
poderosamente en mí.”

Reflexión
Desde el versículo 24 en adelante, podemos ver cómo funcionaba el pensamiento de
Pablo, de qué modo interpretaba su propia vida y ministerio. Nos dice que las aflicciones que
soporta no son suyas, sino de Cristo. De tal  forma es su identificación con Cristo, y su unión
con Él mediante el bautismo y comunión, que interpreta sus sufrimientos como los que
todavía le faltan a Cristo por su Iglesia.
            A partir del vs. 26 nos habla del misterio que había estado oculto, pero que ahora ha
sido revelado. Explica que este misterio es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.
Considero que esta expresión: esperanza de gloria, no se está refiriendo a nuestra esperanza.
El capítulo 1 de Efesios nos habla de la esperanza a la que Él nos ha llamado. Pero aquí
podemos afirmar que antes de ser nuestra esperanza, es la esperanza de Dios Él volcó todas
sus expectativas en Cristo.
          Podemos explicarlo así: Nos dice Ge. 6:6 que al ver Dios la condición humana,  y que
todo designio del pensamiento de ellos era continuamente para mal, le dolió en su corazón y
se arrepintió de haber creado al hombre.  Pero, ¿cómo puede Dios arrepentirse? Él ya conoce
todas las cosas de antemano. Desde antes de la creación, Dios ya todo lo sabe. Por eso Cristo 6
es el Cordero que fue inmolado desde el principio, desde la fundación del mundo. Dios no se
arrepiente, sólo está expresándonos sus sentimientos como si fuera un hombre. Y en medio
de su dolor, alberga la esperanza de encaminar a esta criatura pervertida por medio de su
Hijo: Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.
       Sigue diciéndonos: “a quien anunciamos amonestando a todo hombre, y enseñando a
todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre.” Pero, 
¿a todo hombre...? Quizás puede ser a algún discípulo fiel. Pero Pablo era un obsesivo, no
solo en su vida, sino también en su ministerio.  Él quería presentar perfecto en Cristo Jesús a
todo hombre. El apóstol no era un hombre muy equilibrado. La palabra equilibrio no aparece
en la Biblia, solemos usarla cuando alguien hace un énfasis exagerado y otro dice:  “Es
importante el equilibrio”. Pero la palabra castellana que expresa la necesidad humana de
balance es plenitud.
   Dios no es equilibrado: comenzó a crear  estrellas y se le fue la mano creando este inmenso
universo. Lo mismo ocurre cuando alguien quiere equilibrar el amor de Dios con su justicia
tomando un poquito de cada cosa. No, Dios es 100 % amoroso y 100 % justo.
Pablo está contagiado de esta misma pasión y nos dice que tiene la pretensión de presentar
perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.
    ¿Cuáles deberían ser las pretensiones de un líder o discipulador frente a los hermanos?
¿Remendar a unos, animar a aquel otro, que este nuevo no se pierda? Suele haber una
mentalidad estrecha, de acomodamiento, de complacencia del ego. Es el resultado de la falta
de este espíritu. El espíritu de Pablo es diligente, atento, detallista, el quiere enseñar a todo
hombre en toda sabiduría. Todo esto brota de un corazón que está cautivado, no se conforma
con mantener más o menos al grupo y que alguno por allí fructifique. Nada lograremos con
una mentalidad mediocre. Pablo trabajaba con estos altos ideales, y estos dominaban no solo
sus pensamientos, sino también su ministerio.
vs.29:  para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa
poderosamente en mí.
     Hoy la iglesia está abarrotada de pastores que tienen otros objetivos, a veces lícitos, a
veces ilícitos, centrados en pastorear iglesias grandes, realizar reuniones multitudinarias. Que
Dios nos ayude a no perder el foco.
     En este aspecto, no es lo más importante lo que logremos alcanzar, sino aquello que
buscamos. Lo que logremos será cuestión de Dios, pero si buscamos algo diferente a aquello
que Él ha establecido, nuestro corazón no estará agradando al Señor. Las Sagradas Escrituras
nos libran de una mentalidad equivocada y mediocre, y nos introducen en una dimensión
celestial maravillosa.
    Alguien podría preguntar si Pablo al final consiguió aquello que buscaba. Y la respuesta,
seguramente, será que no. Pero, de todos modos, él no tenía en su vida otros objetivos
propuestos por Dios a los cuales  apuntar, ni otras tareas que estas para realizar.

5- ¿Cuál es la estrategia dispuesta por Dios para el cumplimiento de este Propósito?

Respuesta
Ef. 4:11-16  “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,  a fin de perfeccionar a los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,  hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo;  para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar
emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”

Reflexión       
      Esta respuesta esperamos que esté bien clara en nuestra mente. Podríamos decir que esta
fue la verdad que mas hemos defendido en los últimos 25 años luego de entender el
Propósito Eterno de Dios. Hemos entendido que no hay otra estrategia válida en la
edificación de la casa de Dios. Y ha sido establecida hasta que todos lleguemos a la unidad de
la fe y del conocimiento del Hijo de Dios... Este es el único texto en las Sagradas Escrituras
que nos habla del Propósito Eterno y, al mismo tiempo, de la estrategia.
        Recientemente Evangevaldo nos llamó la atención acerca de los versículos 14 en
adelante: “para que ya no seamos niños fluctuantes llevados por todo viento de doctrina...”
Aquí se nos plantea una realidad presente y terrena, no una perspectiva futura y distante. El
texto nos está indicando que esta es una realidad que debe ser vivida hoy. Si la edificación
está siendo bien realizada, la mente de los discípulos ha sido instruida, hay madurez... De
esto nos está hablando el apóstol.  Nos está pidiendo que no seamos niños. Y el hombre
maduro se caracteriza por no dejarse arrastrar por los distintos vientos de doctrina.
      Este es uno de los puntos en los que el ministerio de Iván fue fundamental para nosotros.
Nos ayudó a trabajar en la dirección correcta y así ser libres de tantas modas que han
aparecido en la Iglesia. Durante todos estos años esta influencia fue extremadamente
importante para nosotros. Muchos hermanos se han sorprendido al encontrarnos, después
de años, perseverando en las mismas cosas: “¿Ustedes todavía siguen con lo mismo?”
        Ocurre a veces, que frente a tantas dificultades para involucrar a los santos en la obra del
ministerio, alguno es tentado a pensar que la estrategia puede ser otra. Pero el éxito logrado
o la falta de éste, no puede determinar la forma en que trabajamos. Sino que es la Escritura
la que  establece cuál debe ser la estrategia; y nunca debemos quitar la vista de allí. Si alguna
cosa no progresa, tendré que ver dónde está la falla, pero el error nunca estará en el modelo
establecido por Dios.

6- ¿Cuál es la dinámica en la vida del discípulo para que se desarrolle este Propósito?
   El texto que buscamos aquí, habla solo de esto, nos indica cuál es la dinámica en la vida 8
personal del discípulo.

Respuesta
2 Cor. 3:18  “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.”

Reflexión
Si un discípulo no fue instruido sobre como mirar a Cristo, difícilmente madurará.
Hemos definido que la estrategia es el cuerpo de Cristo, pero en la vida personal y espiritual
de cada hermano, la dinámica para el desarrollo es contemplar a Cristo Jesús.
         Es mirando a Cristo que somos transformados. El apóstol Pablo centraba toda su
enseñanza e instrucción alrededor de la persona de Cristo y de nuestra unión con Él.
      
          Tengo la impresión de que  la carta a los Efesios fue escrita luego de los tres años que
pasó con ellos. La epístola fue  escrita para focalizar la mirada de los hermanos en la persona
de Cristo. En su ministerio, este fue un énfasis constante, a fin de que los hermanos fijarán
siempre la mirada en el Señor.
      Considero que esta necesidad de mirar a Jesús no ha sido suficientemente aclarada,
mucho menos practicada ¿Qué significa mirar a Jesús? Esto tiene que ser enseñado  y
repetido hasta que los hermanos estén ejercitados, pues la fe y el amor, la pasión de la que
venimos hablando, solo serán resultado de este ejercicio. Si comenzamos a enseñar sobre el
amar fervientemente a Jesús, ¿cómo se puede lograr esto? Ninguno tiene la capacidad propia
de amar a Cristo así. Para amar a Cristo debemos aprender a mirarle.
     ¿Cómo es que me enamoré de mi esposa? Primero la miré, después la vi, después me
aproximé y la conocí. Cuanto más la conocía, más la miraba, y más me atraía, hasta
apasionarme con ella ¿Cómo empezó todo? Sencillamente, mirándola. El amor está
íntimamente relacionado con mirar, con contemplar.
     ¿Por qué un hombre casado no debe tener proximidad con una mujer que no es su
esposa? Porque aunque esté casado, su corazón se puede inclinar a otra mujer. Pensemos en
un hombre con una secretaria: pasa tiempo con ella, la mira y comienza a ver una gracia por
aquí, otro atractivo por allí, y su corazón se comienza a inclinar. Por eso, Pablo instruye a
Timoteo: a los  ancianos como a padres, a las ancianas como a madres y a las más jovencitas
como a hermanas, con toda pureza, con sumo cuidado, ya que existe una atracción fuerte en
el acto de mirar. Esto es lo que ocurre cuando nuestra mirada está puesta en Cristo. La
obediencia, el compromiso, el amor, la devoción, la admiración, vienen solo a través de este
hecho de mirarle a Él.
      Hace poco pregunté a los líderes de Salvador: ¿Qué significa mirar a Cristo? Me
respondieron de todo, menos lo que verdaderamente es contemplar: “Contemplar a Cristo es
amarle”. Y amarle sólo es el resultado de contemplarle. Otro dice: “Contemplar a Cristo es
seguir su camino”.  Seguir su camino también es el resultado de contemplarle. 9
      Contemplar a Cristo es muy sencillo, es poner la atención de nuestra mente y corazón en
aquello que la palabra de Dios enseña acerca de la persona de Cristo Jesús. No solo la
encarnación, vida y resurrección, sino todos los aspectos que las Escrituras revelan  acerca de
Él.
     En estos días, en Salvador, vamos a dedicar cuatro noches a hablar de todas estas cosas.
Estoy convencido, por el Espíritu Santo, de que este es un ingrediente fundamental en el
cumplimiento del Propósito Eterno de Dios. Repito: la estrategia para la edificación de la
Iglesia es el sacerdocio de los santos. Pero la dinámica, que debe darse en la vida personal de
cada discípulo, es este ejercicio glorioso de fijar nuestra mirada en Cristo Jesús.
    Podemos  ilustrar esta necesidad con el ejemplo de Marta y María:
Luc 10:38-42  Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le
recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de
Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo:
Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo
una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
      Cuando Jesús corrige a Marta, que está muy turbada con muchos quehaceres, no le dice:
“Marta, pocas cosas te son necesarias”, sino “una sola cosa te es necesaria. Y María escogió
la mejor parte” ¿Qué era lo que María estaba haciendo? Estaba sentada a sus pies,
maravillada, oyendo y contemplando, concentrada en la persona de Jesús. Marta estaba
centrada en otros afanes…
     Mi pregunta es: ¿Dónde suele estar nuestro corazón?  Cuidado con el ir y venir, hacer esto
o aquello, vivir para resolver problemas. Si estamos funcionando así, estamos en el espíritu
de Marta. Y Jesús esta diciéndonos: Solo una cosa te es necesaria.
     Si un discípulo pierde el foco, será sencillo que se enrede en mil cosas: tiene que
acoyuntarse, concertarse con otro, salir a predicar, visitar los contactos, etc. Cuidado con que
esto ocurra en la Iglesia, porque podemos estar enfocados en la doctrina y no en la persona
de Jesús. Cuidado con hacer mucho y no lograr nada.
    Todo discípulo debería estar cautivado con la persona de Cristo. Y para que eso ocurra, es
necesaria esta dinámica de mirar a Jesús. Solo así avanzaremos en el cumplimiento del
Propósito Eterno de Dios. No soy yo, sino el Espíritu Santo el que nos lo dice en 2 Co. 3:18,
asociando nuestra transformación a la imagen de Cristo con esta sola acción de
contemplarle.
     Me maravilla la gracia y sencillez de Dios. No nos podría haber dado una tarea más sencilla
que esta. ¿Qué debe hacer un mendigo para recibir ayuda? Tiene que pedir. Nuestra tarea es
más fácil que la de un mendigo. Solo tenemos que mirar. Alguien dirá: “Yo necesito amor”.
Míralo a Él. Otro: “Yo necesito fe”. Míralo a Él. “Yo necesito perdonar”. Míralo a Él. Todo lo que
necesitamos para el cumplimiento del Propósito Eterno de Dios en nuestra vida y en la
iglesia, resulta imposible sin este ingrediente fundamental.
   Si nosotros encaminamos a los discípulos en esta dirección, para que contemplen los 1
distintos aspectos de la vida de Jesús: su preexistencia eterna, su encarnación, su ungimiento
con el Espíritu Santo, su muerte y resurrección, su pronta venida… Y si no solo son el
fundamento de nuestra fe, sino que constantemente las seguimos mirando, para que estas
verdades gloriosas nos impacten, confronten, y corrijan nuestras vidas, de allí surgirá la
adoración, el compromiso y la  consagración verdadera. Y todo por la acción del Espíritu
Santo en nuestros corazones, cuando nuestra mirada esté fija en Jesús.

Oración final:
Señor. que nuestro corazón esté cautivo de tu Propósito Eterno.  Que nuestro
ministerio sea dirigido por tu Propósito. Que la meditación de nuestro corazón sea cautivada
por este hecho: Nos has escogidos para ti desde antes de la fundación del mundo. Trae
revelación de estas verdades a nuestro corazón. Que seamos como Pablo: apasionados,
hasta obsesivos, que nunca nos apartemos de las estrategias que nos has señalado.
Ayúdanos a incrementar  nuestra comunión con Jesús, contemplándole cada día y
enseñando en todo lugar, a cada hombre, a andar en estas verdades. Ayúdanos a vivir estas
cosas como Iglesia. Te lo pedimos en el nombre de Jesús.

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