miércoles, 12 de junio de 2013

Este increíble cristiano - A.W Tozer

Traducción: Samuel Daniele  


El esfuerzo actual de los líderes religiosos para armonizar el cristianismo con la ciencia, filosofía y todas las demás cosas relacionadas con la razón es a mi  modo de ver y mi opinión, el resultado de la incapacidad de comprender el cristianismo y a juzgar por lo que he visto  y leído  es al mismo tiempo la incapacidad de entender la ciencia y la filosofía.
Es el corazón del sistema cristiano, la Cruz de Cristo con su paradoja divina. El poder del cristianismo aparece en su contraste con las formas caducadas de los hombres y nunca en la  aprobación. La verdad de la Cruz se revela en sus contradicciones. El testimonio de la Iglesia es más efectivo cuando se declara que cuando es explicada, porque el evangelio se dirige no a la razón sino la fe. Lo que puede demostrarse no necesita fe para ser aceptado. La Fe, se funda en el carácter de Dios y no en demostraciones de laboratorio o razonamiento lógico.
La Cruz está en total contradicción con el hombre natural. Su filosofía viaja en dirección opuesta, respecto del proceso mental de las personas no convertidas y es por esa razón  que Pablo pudo afirmar que la predicación de la Cruz es locura a los que no creer. Es imposible encontrar un terreno común entre el mensaje de la Cruz y la razón de los no convertidos y continuando por ese camino se concluye con reducir a la Cruz, en algo sin sentido, privando al cristianismo de su poder.
Pero dejando de lado la teoría, veamos cómo los verdaderos cristianos ponen en práctica las enseñanzas de Cristo y los apóstoles. Tenga en cuenta las contradicciones:
Los cristianos creen que Cristo murió y saben que resucito y está vivo más que antes y vivirá para siempre. El cristiano camina sobre la tierra mientras está que sentado en el cielo y aunque nacido en la tierra después de su conversión no creemos que esta en esta tierra sea su casa. Como los halcones, que cuando están en vuelo representan la esencia de la gracia y belleza y en cuanto tocan el suelo son feos y torpes, del mismo modo los cristianos resplandecen de belleza, brillan cuando están en lugares celestes, mientras que se sienten incómodos en las calles de esta sociedad en que nacieron.
Los cristianos aprenden pronto que si quieren ser victorioso, como hijos del cielo entre los hombres de la tierra, no deben seguir  los mismos modelos humanos, sino más bien hacer lo contrario. Quién quiere salvarse a sí mismo se pone en peligro; de hecho, está dispuesto a perder su propia vida para salvarla, pero es probable que la pierda  si se intenta preservarla. Él se humilla para ser exaltado. Si se niega a humillarse  seguirá  en su condición, mas cuando decide humillarse, será exaltado.
Es fuerte cuando es débil y es débil cuando se siente fuerte. Aunque pobre tiene el poder para enriquecer a otros, mientras que cuando se vuelve Rico desaparece esa cualidad. Tiene más después que ha dado a los demás, mientras mas tenga para si menos tiene.
Él podría ser y a menudo es más alto cuanto más bajo se siente, y es el más puro sólo cuando se es más consciente del pecado. Es mucho más sabio cuando reconoce no saber y es menos cuando adquiere gran cantidad de conocimiento. En muchos casos hace más sin hacer nada y va más lejos quedándose quieto. En la angustia logra estar alegre y mantiene su corazón sereno aun en el sufrimiento.
El carácter paradójico del cristiano, aparece constantemente. Por ejemplo, el cree ser salvo hoy, pero todavía espera ser redimido más tarde y espera con gozo la salvación futura. El teme a Dios, pero no tiene miedo de él. Ante la presencia de Dios se siente indigno y sumiso, pero al mismo tiempo no quiere estar lejos de su presencia. A pesar de saber que él ha sido limpiado de sus pecados sufre sin embargo en saber que su carne, su naturaleza humana  no es buena.
Ama de manera absoluta a alguien que nunca ha visto y a pesar de que vive en la pobreza y humildad se dirige familiarmente con él, que es el Rey de Reyes y Señor de Señores y en todo esto no encuentra nada de extraño. Se considera nulo, pero cree con certeza que es la niña de los ojos  de Dios y que para él el hijo de Dios se hizo hombre y murió en la Cruz de la vergüenza.
Los cristianos son ciudadanos del cielo y a esta sagrada ciudadanía reconoce su lealtad, pero al mismo tiempo puede aman su nación en la tierra con la misma intensidad que llevó John Knox a orar: "Oh Dios, Dame Escocia o me muero".
Espera con alegría el momento en que entre en el brillante reino celestial, pero no tiene prisa en dejar este mundo esperando pacientemente el llamando de su padre. Y es incapaz de comprender por qué los no creyentes deben condenarles para esto, ya que aparece bastante natural su actitud.
La Cruz llevada por los cristianos, representa al mismo tiempo, un mensaje de pesimismo y optimismo, como no hay otro sobre la tierra.
Cuando el creyente mira la Cruz es pesimista, porque sabe que el juicio cayó sobre el Señor de la Gloria y es una condena a toda la naturaleza y el mundo de los hombres. Rechaza cualquier tipo de esperanza humana fuera Cristo porque sabe que cualquier esfuerzo humano es como polvo en el polvo.
Sin embargo es totalmente optimista y sereno. Si bien es cierto que la Cruz es una condena en el mundo también es cierto que la resurrección de Cristo garantiza el triunfo final del bien sobre el universo entero. Gracias a Cristo, al final todo estará bien y cristianos esperan que esto suceda. Cristianos increíbles!

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