jueves, 28 de noviembre de 2013

La necesidad de revisar.


Marcos Moraes, Mayo 2010, Salvador, Bahía 
Traducción y transcripción por Gustavo y Ana Leegstra 

Gustavo y Ana Leegstra, de la Comunidad de Rosario, nos acercan esta traducción y transcripción de un mensaje dado por Marcos Moraes en 
Salvador, durante un retiro de pastores y líderes en Mayo 2010. Aquí 
Marcos nos ayuda a ver los peligros que, como hijos de Dios, enfrentamos 
ante tantas corrientes y costumbres que tan fácilmente damos por ciertas y 
verdaderas en nuestro entorno. Sus palabras nos exhortarán a seguir 
caminando en la dirección que Cristo y los apóstoles del primer siglo nos 
han marcado, “afinando la puntería” hacia la única meta válida 
establecida por el Señor. 

Amados, vamos a leer tres textos de la Palabra. Comencemos con Ef. 4:11-14 

 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error.”

Recientemente, un hermano me hizo una observación: En general hemos leído este
pasaje hasta el versículo 13. No hemos leído el versículo 14. Y es este versículo el que
nos muestra una de las principales razones de aquello de lo que está hablando el
apóstol aquí: La preocupación de Pablo sobre la astucia de los hombres, los vientos de
doctrina. Era la carga que Pablo tenía al respecto.

Vamos a leer ahora Judas 3-4:

 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente
por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían
sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje
la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor
Jesucristo.”

Por último, 2ª Pedro 1:16-19:

 “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo
siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su
majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la
magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo
complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él
en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis
bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el
día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”.

Estos tres pasajes nos muestran la preocupación, la carga que los apóstoles tenían en
cuanto a mantener la verdad en la Iglesia. Ya en aquellos tiempos, en los comienzos,
surgieron muchos desvíos. Desvíos que están refutados en las cartas apostólicas. Ellas
están llenas de correcciones a causa de las distorsiones que se estaban produciendo.

En algunas cartas, parece que Pablo está literalmente gimiendo de preocupación. Y
esos desvíos eran pequeños en relación a los que existen hoy, pero el corazón de los
apóstoles estaba continuamente dedicado a corregirlos. Pablo le reprochaba a la
iglesia el hecho de que parecían un grupo de niños agitados por todo viento de
doctrina.

Judas, al final del versículo 4, habla de los que niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo. Pero el contexto nos muestra que esos hombres no estaban
hablando contra Jesucristo. Eran hombres que predicaban a Jesucristo y la gracia de
Jesucristo, pero transformaban esa gracia en libertinaje. Y Judas está diciendo aquí que
al transformar la gracia de Jesucristo en libertinaje, estaban negando al soberano
Señor. No eran hombres que decían que Jesucristo no existe, o que no es el Hijo de
Dios. Eran hombres que transformaban en libertinaje la gracia de Dios. Judas dice que
negaban al Señor Soberano.

En el texto que leímos de Pedro, notamos cómo él veía la manifestación de su
predicación. Les exhorta respecto a la palabra profética, “a la cual hacéis bien en estar
atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro”. La palabra del Señor que
hemos recibido es una antorcha. Y ella brilla en un lugar tenebroso. Ese lugar oscuro es
el mundo, pero también el sistema religioso. El sistema religioso es un lugar tenebroso
que se levanta contra la Palabra del Señor.

Si en aquella época, por los desvíos que comenzaron a aparecer, los apóstoles gemían
de tal manera, ¿qué vamos a hacer nosotros? ¿Cómo es la situación hoy? Me quedo
imaginando a Pablo hoy. Si Pablo viniese y entrase a una librería evangélica, en donde
en un mismo estante, hay dos libros basados en la Biblia (se presupone que para
enseñar la verdad), que se contradicen completamente. Y usted tiene que escoger cuál
prefiere. Hay cristianitos hoy que leen poco la Biblia y no saben cuál de los dos está en
lo cierto. He visto algo peor: hay gente muy querida que ha leído los dos, y le han
gustado los dos, y ha defendido los dos, y ¡no ha percibido las diferencias entre lo que
uno y otro enseñan! Y se vuelve un lector devoto de un autor, y del otro también, y no
percibe las contradicciones que existen en la enseñanza de ellos. Creo que si Pablo
entrara a una librería evangélica, haría lo mismo que Jesús hizo en el templo. Sería un
incendiario de librerías.

Nunca hubo tanta mezcla de revelación con mentiras, de santidad con iniquidad, como
en este tiempo. La iglesia evangélica de hoy se considera heredera de la Reforma. Y no
se da un mínimo trabajo de leer, en su gran mayoría, lo que los reformadores
enseñaron. ¿Cómo es heredera de la Reforma? Tomaron la Reforma como una
herencia eclesiástica, pero tiraron a la basura gran parte de su enseñanza. La Reforma
no revisó todo. Le quedaron muchas cosas por revisar a los reformadores. Pero lo poco
o mucho que revisaron, en su gran mayoría, fue arrojado a la basura.
Voy a decirles más: Aún los que oyen sobre el evangelio del Reino, fácilmente lo 
mezclan con un evangelio donde el hombre está en el centro. Este evangelio 
distorsionado está enraizado profundamente en la iglesia de nuestros días. Está 
entrelazado en la teología, los libros, y hasta en las canciones. Yo a veces digo que el 
evangelio que se predica hoy está basado en un texto que nunca fue escrito, que dice 
así: “En el principio era el Hombre, pero el Hombre tuvo muchos problemas y 
dificultades; entonces se hizo Dios, para resolver los problemas del Hombre”. Muchas 
veces la Iglesia vive así, detrás de un Dios que vive en función de los problemas del 
hombre. Humanismo. Se configura cuando el hombre se centraliza y focaliza en sus 
problemas y necesidades. Aunque el hombre confíe en Dios para la solución de sus 
problemas, mientras esté centralizado en sus problemas, está centralizado en sí 
mismo. Está centralizado en el hombre. 
El hombre tiene un problema: El pecado, la ofensa a Dios. Y ese problema es resuelto 
solo cuando Dios ocupa el centro por medio de Jesús. No hay otra solución para ese 
problema. La única solución es cuando Jesús es entronizado, reinando, en la vida de 
aquel que le conoció. 
¿Qué haremos nosotros? Delante de este cuadro, ¿qué nos corresponde hacer? 
Debemos comenzar, por la gracia de Dios, a revisar. Pero más que revisar, 
necesitamos avivamiento. Precisamos tomar un nuevo aliento. Lanzar fuera aquello 
que Dios no nos dio. Respirar hondo, tomar la vitamina celestial, y recomenzar a 
caminar. 
Menciono cinco cosas que necesitamos: 
1. Revisar lo que el Señor nos reveló como quien examina un tesoro. 
 Alguien que nos ve de afuera diciendo esto, puede pensar que hay algo de soberbia: 
“Consideran que tienen tesoros, verdades, que son mejores que nosotros”. Yo digo 
que no hay soberbia. Porque gran parte, o la totalidad de lo que creemos y 
procuramos vivir, lo hemos recibido de otros. Lo hemos oído revisar a otros. Y a través 
de ellos escuchamos la voz del Maestro. No hay soberbia. Lo que Dios nos dio es un 
tesoro que debe ser cuidado. 
Necesitamos tener el coraje, inclusive, de hacer una revisión de forma comparativa. 
Una vez me observaron que en mis predicaciones, hacía uso de muchos contrastes. Yo 
revisé e hice una pasada por el Nuevo Testamento y me quedé tranquilo, porque Jesús 
predicaba por contrastes, Pablo predicaba por contrastes. Tenemos que trazar 
contrastes entre lo que la Palabra de Dios enseña y las mentiras que infestan la Iglesia. 
2. Practicar 2ª Timoteo 2:2 
 “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean 
idóneos para enseñar también a otros.” 
 Necesitamos una enseñanza que sea coherente. Que haya una sola enseñanza en la 
casa de Dios. Necesitamos líderes y discipuladores fieles a la enseñanza. Necesitamos 
pastores y líderes con corazones llenos de la enseñanza de Cristo Jesús. Líderes y 
discipuladores que no anden gastando horas en conversaciones múltiples. Hablando 
muchas cosas, bonitas y bíblicas, pero olvidándose de lo central, de lo fundamental, de 
aquello que realmente produce vidas transformadas. Hombres y mujeres que creen, 
que abrazan, que guardan, que viven, que transmiten la verdad. 
3. Necesitamos ser muy cuidadosos con lo que oímos y leemos. 
Me acuerdo de Iván. Su padre era pastor y teólogo, y cuando falleció, la principal 
herencia que le dejó fue una biblioteca. Centenas de libros. Iván oró y en un instante 
supo qué hacer con esa biblioteca. Tenía los libros en un mueble con llave. Puso llave a 
la biblioteca y trató de perder esa llave. Y vivió feliz el resto de su vida porque nunca 
más la encontró. 
Antes de conocer a Iván, yo creía, en parte, (tal vez totalmente), que para crecer en el 
entendimiento de las Escrituras tenía que leer muchos libros. Y leía. Después, cuando 
escuché a Iván decir esto (¡bendito sea el nombre del Señor!), fui a mi biblioteca y tiré 
el 70% de los libros. Del restante 30% que sobró, he leído el 10% o menos. No quiero 
confundir mi mente. 
Tenemos la palabra profética, que es como una antorcha que brilla en un lugar 
tenebroso. Seguí los pasos de Iván y estoy bastante feliz. Cuando tenemos que tratar 
con una confusión en la cabeza de un hermano, uno va, habla, y generalmente, por 
detrás hay un libro que está leyendo. 
4. Cuidarnos de los desvíos que vienen directamente del mundo. 
Estos no vienen de la religión. Los valores mundanos. Los conceptos mundanos que 
van entrando en la Iglesia. Sobre todo, lo que tiene que ver con la educación de los 
hijos. El materialismo. Las confusiones entre los papeles del hombre y la mujer. Los 
ídolos de este mundo como el fútbol, la vida entregada a los placeres, y tantos otros 
ídolos que el mundo ofrece. Porque los pensamientos del mundo contaminan también 
la fe. 
5. Sobre todo, investigar constantemente si estamos viviendo lo que 
predicamos. 
La teoría no sirve para nada a los ojos del Señor. Debemos corregir los desvíos 
prácticos que observamos. Es la hora en que Dios está levantando un pueblo 
exclusivamente suyo, celoso de buenas obras. Celoso. Necesitamos celo por la práctica 
de la verdad dentro de la Casa de Dios. Tenemos que actuar por el cumplimiento de la 
doctrina de Cristo, como quien cela por el testimonio de la iglesia. Los desvíos 
prácticos deshonran y desagradan al Señor. Y muchas veces traen la propia perdición 
para algunas vidas. 
Ejemplos de las prácticas que debemos corregir: 
 Jóvenes que cuestionan o menosprecian la enseñanza de santidad y pureza que 
es según Cristo Jesús. 
 Maridos que no asumen su sacerdocio. 
Esposas que abandonan su papel de ama de casa y madre, sin razón de 
absoluta necesidad financiera. 
 Padres que son remisos en aplicar disciplina a sus hijos. 
 Hijos que no obedecen a los padres. Necesitamos de hijos que corrijan a hijos. 
Nada mejor para corregir a un hijo desobediente que un hijo obediente. Pero 
no sé si hay entre nosotros la sana cultura de corregirnos en amor. 
 Los que abren su boca para cuestionar la enseñanza. No estamos en una 
dictadura, pero existe autoridad apostólica y profética en la iglesia del Señor. Es 
muy normal que alguien no esté de acuerdo con alguna enseñanza. Pero que 
vaya y hable con la persona que trajo esa enseñanza, y no fuera de ese 
contexto. Y si al hablar con esa persona, considera que ella está equivocada, y 
no soporta escuchar ese tema, que busque al presbiterio y exponga sus 
diferencias. Esto ya se ha hecho, nadie se escandalizó, se aceptó que se hiciese. 
 Jóvenes que han transformado la comunión de los santos en salidas exclusivas 
para divertirse y hablar necedades. 
 Hermanos y hermanas que hablan mal de otros hermanos, en lugar de hablar 
directamente con el hermano involucrado, como el Señor nos enseña. 
 Hermanos que juzgan las intenciones del corazón del hermano. 
 Líderes que actúan por interés, para preservar su propio ministerio. Para eso, a 
veces toman decisiones que no traen lo mejor a sus discípulos, sino para su 
propio ministerio. 
 Los hermanos que, atrapados en su materialismo y deseo de enriquecerse, 
roban al Señor en los diezmos y ofrendas. 
 Los que han sido perjudicados y no perdonan, y aún niegan la reconciliación al 
que los ha dañado. Son ignorantes, y se engañan a sí mismos pensando que 
alguna vez podrán ver el rostro del Señor, albergando desprecio, amargura e 
indiferencia en el corazón. 
 Los que valorizan los “shows evangélicos”, donde chicos y chicas saltan 
enloquecidos, parecido a lo que vemos en nuestros carnavales. El último relato 
que oí, fue de uno que estaba muy mal. Y un hermano lo acompañó, pero el 
que estaba mal, (que ahora está apartado), al otro día estaba dolorido de todo 
lo que había saltado. Shows en los que los cantantes y músicos veladamente 
roban la gloria de Dios, pero dicen para justificarse: “no nos aplaudan a 
nosotros, sino al Señor”, cuando ellos saben que la gente va para eso, y para 
comprar sus CD´s. 
Necesitamos revisar y corregir todo esto por amor al Señor, a su Santo nombre, por su 
gloria en la Iglesia, pero también movidos por el santo amor a los hermanos. Que Dios 
nos dé gracia para avanzar en estos días con estas cosas. 
“Señor, derrama sobre nosotros la unción que estaba sobre tus santos apóstoles y 
profetas. La iglesia no es nuestra, es tuya; no tenemos ninguna verdad, tú eres la 
verdad. Nos toca a nosotros vivirla y enseñarla. Ayúdanos Señor.” 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Pedro Valdo, los Valdenses.



Este artículo trata sobre estos tan ignorados cristianos evangélicos de la Edad Media, de 
más de 4 siglos antes de Lutero (contra las mentiras romanistas que afirman que el 
cristianismo evangélico nació de una escisión de Roma con este reformador), y de los
 cuales sus propios verdugos: los inquisidores de la iglesia católico Romana dijeron 
lo siguiente:


"Los herejes valdenses se distinguen por su comportamiento y el habla. Son impasibles y
 sensatos. No se esfuerzan en llamar la atención con vestidos extravagantes o indecorosos.
 No son comerciantes con el fin de evitar mentir, jurar o engañar. Viven únicamente del
 trabajo artesano de sus manos. También sus maestros son tejedores y zapateros. 

No acumulan riquezas, sino que se contentan con lo necesario para vivir. Comen y beben 
con moderación, no frecuentan posadas ni van a bailes u otros lugares de mala reputación. 
Son lentos para la ira. Son trabajadores, se dedican a aprender y a enseñar. 
Les reconocerán por su manera de hablar: con cordura y veracidad. No difaman, no hablan 
con palabras vulgares o vacías. Evitan toda expresión que pueda ser mentirosa o de
 juramento. No dirán "sinceramente" o "de verdad", sino que se limitarán a decir "si" o "no". 
Según ellos hacen así porque Jesús lo ordenó en Mateo 5:37" (Passauer Anonymus).


El inquisidor de Passau en el s.XII dijo de los mismos: "Entre todas las sectas que existen o

 que han existido, no hay ninguna más perniciosa para la iglesia; y esto por tres razones: 
La primera por su gran antigüedad, pues algunos dicen que los Valdenses se remontan al
tiempo de Silvestre y hasta hay quien asegura que al tiempo de los apóstoles. 
La segunda por que es la más extendida y apenas si hay un país donde no exista esta 
secta. La tercera razón es que, mientras todas las demás sectas despiertan horror y 
la repulsa de sus oyentes por sus blasfemias en contra de Dios, esta demuestra una 
gran semblanza de piedad; tanto que sus adherentes viven justamente delante de 
todos los hombres y creen en todos los artículos del Credo, respetando en todo a 
Dios: Solamente blasfeman de la Iglesia y del clero romanos; por esto tan grandes 
multitudes de laicos les prestan atención." ("Catolicismo Romano: Orígenes y Desarrollo" 
José Grau. Tomo I, pág. 330. Ed. EEE, Barcelona 1987)


A continuación una respuesta a afirmaciones hechas en los foros de discusión 
de religión en Internet por parte de una persona que se hacía llamar C.C. 
(Cristiano católico) donde llega a decir que si los Valdenses sufrieron tantas 
matanzas por parte de la ICAR (Iglesia católica) es casi porque se lo merecieron 
(por ser "enemigos de Roma"). Más abajo hay algunas preguntas y respuestas del 
citado C.C.

PEDRO WALDO Y LOS VALDENSES
El movimiento evangélico de la Edad Media recibió un valioso refuerzo con la conversión 

de Pedro Waldo debido,a la impresión que le produjo la muerte repentina de un amigo 
con el cual estaba conversando. Dicho incidente hizo que este rico comerciante, dejando 
sus negocios, pensara solo en la salvación de su alma.
Un sacerdote a quien preguntó sobre el asunto le respondió que había varias maneras 

de salvar el alma, pero que la más segura era poner en práctica las palabras de Jesús 
al joven rico: -Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Se 
cree que el cura lo dijo con ironía, por que Waldo era un hombre muy rico; pero éste, 
que estaba decidido a conseguir la salvación a todo coste, lo cumplió al pie de la letra. 
Su gran acierto fue que, en lugar de ir a profesar el voto de pobreza en un convento, 
resolvió deshacerse de sus bienes, empleándolos él mismo para beneficio de los 
pobres y la extensión del Reino de Dios.

Consideró que era una obra muy buena a los ojos de Dios el mandar traducir y poner 

en manos del pueblo las Sagradas Escrituras. Hizo escribir a mano muchas copias que 
eran llevadas por cristianos fieles de un pueblo a otro.
El clero empezó a mirar con recelo a aquellos hombres humildes que, de dos en dos, 

descalzos y pobremente vestidos, con el volumen sagrado en la mano, iban predicando 
la Palabra de Dios, y el arzobispo Guichard les prohibió predicar.
 Pedro Waldo apeló al papa esperando que su justa causa sería reconocida, y 

compadeció con uno de sus colaboradores ante el Concilio de Letrán en marzo del 
año 1179, El papa los trató amablemente pensando que los pobres de Lyon, como 
les llamaban, permanecerían dentro de la Iglesia Católica, quedando convertidos en 
una orden monástica y, según testimonios que tenemos de sus jueces, los hallaron 
muy piadosos y austeros en su modo de vivir, pero ignorantes -según ellos- e incapaces 
de predicar. Esto fue porque, en lugar de examinarlos sobre las Sagradas Escrituras 
y las doctrinas más claras y evidentes del Cristianismo, les interrogaron, en Lenguaje 
filosófico, sobre la Santísima Trinidad, las dos naturalezas de Cristo, y otras cosas que 
los Concilios habían tratado de resolver y establecer como dogmas, sin pensar que 
Dios tiene derecho a reservarse algunos misterios, sin revelárnoslos, hasta aquel día en 
el cual seremos capaces de comprender todas las cosas.

Vueltos a Lyon, resolvieron que debían predicar el Evangelio con sencillez, porque era 

menester obedecer a Dios antes que a los hombres, y se lanzaron a la obra, 
desafiando la persecución. Esto les unió a sus hermanos los antiguos paulicianos -
descendientes de los cristianos primitivos-, a los pedrobrusianos y enriquistas, y todos 
juntos vinieron a formar la Iglesia Evangélica Valdense, que subsistió y se extendió por 
toda Europa durante varios siglos antes de que apareciese la Reforma.

El edicto de excomunión que se extendió contra ellos en el año 1181 les obligó a salir de 

Lyon, lo que fue tan beneficioso para la causa del Evangelio como lo había sido la primera 
persecución que vino a la iglesia cristiana de Jerusalén, la cual obligó a los primeros 
cristianos a extenderse por todo el mundo antiguo predicando el Evangelio.
Pedro Waldo  huyendo d  la intolerancia llegó hasta Bolonia (hoy Polonia) en la misma 

frontera de Rusia donde murió el año 1217 después de cincuenta y siete años de servicio 
para el Señor.

Los Valdenses en España
Animados por su celo misionero los valdenses recorrieron el sur de Alemania, Suiza y 

Francia llegando a España donde formaron grupos de cristianos disidentes de Roma en 
las provincias del Norte, y sobre todo en Cataluña.
El hecho de que dos concilios y tres  reyes se hayan  ocupado  de expulsarlos de nuestra 

patria  demuestra que su número tenía que ser considerable.
El clero impotente para detener el avance y, alarmado, pidió al papa Celestino III que 

tomase medidas en contra del movimiento. El papa mandó un delegado en el año 
1194 que convocó la asamblea de prelados y nobles en Mérida asistiendo personalmente 
el mismo rey Alfonso II quien dictó el siguiente decreto:
"Ordenamos a todo valdense que en vista de que están excomulgados de la Santa Iglesia 

son enemigos declarados de este reino y tienen que abandonarlo, e igualmente todos los 
estados de nuestros dominios. En virtud de esta orden cualquiera que desde hoy se 
permita recibir en su casa a los susodichos valdenses asistir a sus perniciosos discursos o 
proporcionarles alimentos atraerá por esto la indignación de Dios Todopoderoso y la 
nuestra; sus bienes serán confiscados sin apelación y será castigado como culpable del 
delito de lesa majestad; además cualquier noble o plebeyo que encuentre dentro de 
nuestros estados a uno de estos miserables sepa que si los ultraja los maltrata o los 
persigue no hará con esto nada que no nos sea agradable."

Desde entonces la persecución se hizo sentir con violencia, y en una sola ejecución 114 

valdenses fueron quemados vivos y sus cenizas echadas al río Ter en Gerona. Sin embargo,
muchos lograron esconderse y seguir secretamente la obra de Dios en el reino de León, 
en Vizcaya y en Cataluña, pues al contrario de lo que decretaba la orden real, les Veían 
con costumbres austeras y anunciando tan Claramente las Buenas Nuevas de salvación, 
bien afirmadas en textos de la Sagrada Escritura, que hasta Se menciona al obispo de 
Huesca, uno de los más notables prelados de Aragón como protector decidido de los 
perseguidos Valdenses.

Pero las persecuciones contra ellos no cesaron, llegando a su apogeo por el año 1237, 

cuando 45 de ellos fueron arrestados en Castellón y 15 de ellos quemados vivos en la 
hoguera.

En Alsacia y Lorena hubo desde el año 1200 tres grandes centros de actividad misionera. 

En Meta, el barba (pastor) Crespin y sus numerosos hermanos confundían al obispo 
Beltrán quien en Vano se esforzaba por suprimirlos. En Estrasburgo los inquisidores 
mantenían siempre el fuego de la intolerancia contra 1a propaganda activa que hacía 
el barba Juan y más de 500 hermanos que componían la iglesia perseguida de aquella 
ciudad.

En Bohemia, donde pedro Waldo terminó su gloriosa carrera, los resultados de la obra 

Misionera valdense fueron fecundos. A mediados del Siglo XIII el inquisidor de passau 
nombraba 42 poblaciones donde los valdenses habían echado raíces; y en Austria, 
a principios del siglo xIv, el inquisidor Krens hacía quemar 130 valdenses. Se cree que el 
número de ellos en Austria no bajaba de 80.000.

En Italia 1os Valdenses estaban diseminados Y bien establecidos en todas partes de la 

península. Tenían propiedades en loS grandes Centros, Y un ministerio itinerante 
perfectamente organizado.  En Lombardía los discípulos de Arnaldo de Brescia gran 
opositor del papa a pesar de que nunca llegó a separarse de la Iglesia Católico-Romana }
y que fue quemado vivo en el año 1155- unían fácilmente a los valdenses cuando éstos les 
predicaban el Evangelio. En Milán poseían una escuela que era centro de una gran 
actividad misionera.

En Calabria se estable
cieron muchos valdenses del Piamonte  en el ano 1300 en 

Fuscaldo y Montecarlo. Habían conseguido cierta tolerancia y  les permitían celebrar 
secretamente sus cultos con tal de que pagaran los diezmos al clero.
 En tres de los valles del Piamonte  Lucerna Perusa y San 
Martín  los  Valdenses formaron  pueblos enteros en las 
primeras décadas del siglo XIII.Estos datos históricos que 
poseemos de la abundante literatura producida por los 
Valdenses prueban de un modo irrefutable cuán  equivocada
 y absurda es la afirmación de la Iglesia Romana de  que el 
Protestantismo tuvo su origen en Lutero: Centenares 
de años antes de que se produjese el movimiento espiritual 
de la Reforma existían ya muchos miles de cristianos que no comulgaban con los dogmas
de la Iglesia Católica 
Romana y eran tanto o más protestantes de los errores y abusos del Catolicismo 
que el famoso fraile sajón. (extracto de "Origen e Historia de las Denominaciones Cristianas" de Samuel 
Vila, Ed. CLIE, España)



miércoles, 20 de noviembre de 2013

“OJOS VAGABUNDOS” - Por David Wilkerson



Yo no tengo una televisión o una videocasetera, y por la gracia de Dios he sido guardado de toda forma de pornografía; pero considera a los cristianos que tienen una televisión y también cablevisión. Son más de las diez de la noche y los niños están en sus camas, y se sientan a ver una película para adultos. Ante sus propios ojos ven adultos fornicando y practicando toda clase de maldad del infierno. Tanto su espíritu como su cuerpo son capturados por eso. O podría ser este escenario: estás lejos de tu casa y nadie te conoce. Te sientes solo y un curioso impulso viene sobre ti. El enemigo de tu alma te susurra: “¡Vé esta o aquella película, sólo una vez, después puedes arrepentirte!”- Entonces tú vas a una película para adultos o de media noche. Esta es corrupta y te hace sentir sucio y pecador. ¡Sales del cine vacío! O supón que en vez de salir, simplemente le cambias a una película sucia en la habitación del cuarto del motel. ¡Ahí mismo en el cuarto el Espíritu Santo se va contristado, viendo cómo un hijo de Dios tiene sus ojos pegados a una película vil, inmunda y sensual! Y aquí está un último escenario: ¡caminando por la calle te detienes en un puesto de periódicos contemplando todas las revistas pornográficas (Play Boy, Pent House, etc.) y toda una colección de otras revistas viles! ¡Sólo mirando! 

Pero compras un periódico y la revista pornográfica, escondiéndola entre las páginas del periódico. Te la llevas a tu casa y la escondes, y la sacas secretamente para anhelar lo que está en las fotos. Después de un tiempo te deshaces de ella con disgusto, diciendo: “¡Nunca más! Esto es tonto, es ridículo, ¿Quién lo necesita?”
Pero hay algo todavía más serio: supón que yo camino por las calles para ir a trabajar o para ir a la iglesia o para tomar el camión o el metro, y mis ojos están codiciando, ¡siempre mirando! ¡Satanás hace alarde de la carne en todo lugar! ¡Muchos se visten, caminan y actúan como si estuvieran poseídos por demonios! Son como pornografía caminando, tentando a tus ojos. Aunque hombres y mujeres son igualmente culpables de tener ojos “codiciosos”, los hombres son probablemente más susceptibles a ello. Las esposas tienen cuidado de hacia donde ven, mientras que sus esposos cristianos voltean sus cabezas y siguen a las mujeres con sus ojos codiciosos, en los restaurantes ¡y aún en la iglesia! ¡Las esposas observan los ojos de sus esposos! Nada es más irrespetuoso para una esposa, o más degradante, que un esposo que codicia con sus ojos, ¡en su presencia!

En la ciudad todo esto se intensifica por el evidente número de personas, la propaganda sensual y la forma en que se visten los inicuos. Años atrás, aquí en Nueva York, ¡las mujeres usaban vestidos hasta el piso! Ellas eran modestas (recatadas), todavía sentían vergüenza. Era vergonzoso aún dejarse ver el tobillo. ¡Hoy en día muchas mujeres se visten como prostitutas que rondan en busca de su presa! Aún hace cincuenta años, la mayoría de ellas habrían sido llevada por patrullas de policía, cubiertas con chamarras y, ¡acusadas de exposición indecente! Puedes estar seguro de que las tentaciones se pondrán peores entre más nos acerquemos al fin de este siglo. Va a ser algo terrible.

La pregunta es: ¿por qué un verdadero hijo de Dios pondría sus ojos en tan inicua obscenidad? Sabemos que la codicia de los ojos es una de las batallas más grandes que están siendo peleadas por los cristianos hoy en día. Me tocó ver a un hombre que cargaba su Biblia en la esquina de las calles 68 y Broadway. Al pasar junto a él una mujer que traía puesta una mini-falda, cruzó la calle, mirando hacia atrás todo el tiempo, arriesgando su vida por el tráfico. ¡Qué terrible parecía aquello! La Biblia se veía fuera de lugar. Esta es una batalla que está siendo peleada por ministros, licenciados, doctores, políticos, gente de todo tipo de vida y de cada nacionalidad. Existen miles que dan rienda suelta a esto secretamente, y quisieran que nunca nadie lo supiera, y otros miles caen en esto sólo de vez en cuando. Pero esto ejerce dominio sobre ellos y parecen no poder ser completamente libres.
Yo quiero hablarles aquí solamente a aquellos quienes buscan agradar al Señor y caminar en santidad. ¿Por qué existe esta atracción perversa? ¿Por qué algunos siguen haciéndolo? ¿Por qué los ojos codiciosos? Isaías habló de las hijas de Sión que tenían “ojos desvergonzados” u ojos desviados y codiciosos: “… las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies…” (Is. 3:16). David oró: “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino” (Sal. 119:37). “No pondré delante de mis ojos cosa injusta…” (Sal. 101:3). Proverbios 4:25 dice: “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”. ¿Por qué no mantenemos nuestros ojos mirando lo recto, lo puro y hacia adelante?
Los ojos codiciosos están relacionados con un corazón trastornado e insatisfecho
No estamos reconociendo que el problema del ojo refleja un problema del corazón aún más profundo. Dios tiene que llevarnos a ver que algo no está todavía restaurado en nuestros corazones, que existe una raíz cau-sante de tener ojos codiciosos y lujuriosos.“Y sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Prov. 4:23). No estamos tomando este asunto tan seriamente como Jesús lo hace. Él hace de este problema con el ojo un tema de vida o muerte. No es algo que se quita con el tiempo. Por el contrario, es algo con lo que se debe tratar en el temor de Dios, decisiva y despiadadamente. Debemos reconocer que Jesús dijo que nos podría enviar al infierno si no tratamos con esto de una vez por todas. ¡Jesús dijo que un ojo perverso debe ser sacado!

Déjenme decirles cómo surgió este mensaje. Anteriormente mencioné que vi a un hombre mirando a una mujer con minifalda, y qué mal me sentí por él. De hecho, yo pensé: “¡Eres un hombre sucio!”, pero el Espíritu de Dios me reprendió amorosamente diciendo: “Él es tu espejo. ¡Tú has estado haciendo lo mismo! Tal vez no con una Biblia en la mano, pero tú no has estado guardando tus ojos como debieras”. En aquella noche y hasta este mismo momento el Espíritu Santo puso un temor santo en mí, previniéndome de que lo que yo miro es un asunto muy serio para con el Señor. No es un rollo legalista de esclavitud. Es la vida y la muerte. Es imposible tener un corazón puro y tener ojos indisciplinados. La lascivia del ojo es una extensión de la lascivia que hay en el corazón.
La Biblia dice que hay algunos “... quienes aún mientras comen con vosotros... tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar...” (2 Pe. 2:13-14). Ellos vienen a la casa de Dios a comer con nosotros. Escuchan y disfrutan la Palabra, pero están llenos de lujuria. Esto involucra tanto a mujeres como a hombres. Ellos pretenden desear a Cristo. Dicen todas las palabras correctas, pero tienen una cosa predominante en sus mentes. Ellos están locos por las mujeres y ellas enajenadas por los hombres, ¡con ojos codiciosos! Yo he tenido a muchos de estos que vienen a mí por oración, diciendo: “No puedo aguantarlo, algo viene sobre mí. ¡La lujuria me arrasa! ¡Tiene que ser algo demoníaco!” Un ministro que fue sorprendido con ocho mujeres en su iglesia me dijo: “Todo comenzó cuando yo tenía quince años con la empleada doméstica en nuestra casa. Luego se hizo un hábito y yo no veía nada malo en hacerlo”.

En todos estos casos, es la carne, no los demonios, reinando. “Sabe el Señor... reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne andan en concupiscencia e inmundicia… atrevidos…” (2 Pe. 2:9-10). Pedro dice: “… tienen el corazón habituado a la codicia…” (2 Pe. 2:14). La palabra “habituado” ¡tiene que ver con la desnudez! Ellos han sido obsesionados con la desnudez. Ellos lo codiciaron, lo practicaron, ¡siguieron la concupiscencia con sus ojos! Pedro dice de ellos: “El perro vuelve a su vómito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2 Pe. 2:22). Estos son halagadores que andan al acecho. ¿Qué título tienen? ¡Embusteros internacionales! ¡Tienen todas las respuestas correctas! “Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error” (2 Pe. 2:18). Esta es una de las advertencias más fuertes y significativas en la Palabra de Dios para la Iglesia hoy en día.

Para todos ustedes que han escapado de los falsos maestros, que han salido del error y han escapado limpiamente de doctrinas de demonios, que han escapado de la corrupción de una iglesia o de un líder que era falso, estén atentos a otra trampa: un seductor retumbante, “espiritual”, y de lenguaje hipócrita enviado a ti por el diablo, justamente cuando estás más vulnerable. ¡A todas las mujeres casadas: escuchen este mensaje! Si tú has despertado espiritualmente y tienes hambre de Dios, si te has vuelto y ahora no quieres otra cosa más que a Cristo, pero tu matrimonio no es lo que debiera ser, si hay confusión y problemas, si las cosas se han vuelto amargas y él no comparte tus anhelos más profundos, si están creciendo separados: ¡ten cuidado! El diablo va a estar poniendo justo en tu camino a un hombre que parecerá tan espiritual, tan sabio, tan comprensivo. Este hombre pareciera que lee tu mente. ¡Él va a hablar como nadie que tú hayas escuchado jamás! ¡Va a ser altilocuente y agradable a tu vanidad! Tu esposo va a parecer muy insípido en comparación.
Había un ministro en Canadá que conoció a una “profetisa”. ¡Cómo profetizaba! Diciéndole que su ministerio sacudiría a las naciones. Ella podía ver a través de él y entenderlo. Comparada a esta mujer, su esposa era “materialista y poco espiritual”, decía él. Ellos terminaron en una aventura con la mujer profetizando todo el tiempo, diciendo: “Así dice el Señor…” ¡Mientras cometían fornicación! Otro hombre y su esposa que ahora asisten a la iglesia de “Times Square” habían pertenecido a una comunidad que hacía mucho énfasis en el pastoreo, en donde a él se le había dicho que no estaba espiritualmente a tono con ella. El grupo forzó a la esposa a divorciarse del esposo, y luego le trajeron a otro hombre (un espectro espiritual), para que se casara con ella.

Siervos del pecado
“Les prometen libertad y son ellos mismos esclavos de corrupción…” (2 Pe. 2:19). ¡Escuchen la advertencia del apóstol! ¡Cuídense! Estos, quienes tienen ojos llenos de adulterio, pue-den identificar a los que están atribulados. Te ofrecen una mano bondadosa o te llaman, diciéndote: “Tengo carga por ti, el Señor me despertó y me habló de ti. Tengo un buen oído. Dime todo lo que te sucede”. Si tú estás casado o casada, y estás en el teléfono (o en persona) descargando tu corazón con alguien que no es tu pareja, ¡entonces estás pecando y jugando con fuego! Tú estás en la mismísima trampa de la que Pedro nos advierte.
Aquí está una palabra para solteros. Si tú estás buscando a Dios y dispuesto a seguir a Cristo a cualquier costo, tú vas a ser un blanco para Satanás. Él va a enviarte a tu camino a alguien que tenga lo que yo llamo “religión de luna de miel”; esto es: ¡una plática lo suficien-temente espiritual y dulce como para llevarte al altar! Una joven esposa confesó: “¡Él sonaba tan espiritual! Todo lo que hablaba era acerca del Señor. Me dijo que Cristo era todo para él, pero el día que nos casamos, él cambió”. ¡No! Él no cambió. Sus verdaderas intenciones tan solo salieron a la luz. Ella recuerda que todo el tiempo que fueron novios tuvo una lengua espiritual, pero manos pegajosas. ¡Esa es la prueba. Niégale sus pasiones animales y verás qué tan espiritual es!.

Otros rehúsan permitir que sus ojos ofendan a Cristo en ellos
Hay una escritura que me ha dado proble-mas durante años: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mt. 5:29). Esta es una persona que está bajo el absoluto señorío de Cristo. Si la carne o el yo estuvieran en el trono, ¿qué nos podría ofender?, mas debido a que Cristo gobierna en supremacía, entonces los ojos ofenden, cualquier cosa diferente de Cristo ¡se vuelve ofensiva! Estas palabras de Jesús nos muestran que tan seriamente toma este asunto de los ojos codiciosos. Él también menciona el mismo mensaje nuevamente en Mateo 18. ¡Dos veces en un libro! Si Cristo gobierna y reina en tu corazón, tú vas a experimentar su contristamiento ¡cada vez que miras persistentemente a cualquier hombre o mujer, o ves una revista pornográfica, o te sientas y ves, aunque sea cinco minutos, una película inmunda, o compras o rentas una película atrevida! ¡Tu espíritu clamará: “Oh, Señor, ¡te estoy ofendiendo con mis ojos!”.
“Si tu ojo derecho te es ocasión de caer...” ¿Por qué Jesús habla del ojo derecho? ¿No puede tu ojo izquierdo ver lo mismo? El ojo derecho representa autoridad. Cristo se sienta a la diestra del Padre. Puesto que Dios es Espíritu, no puede haber literalmente una mano derecha o izquierda. Por el contrario, representa la posición soberana de autoridad de nuestro Señor. De esta manera tu ojo derecho es cualquier pasión que ha asumido poder o autoridad abrumadora en tu cuerpo. Los pecados del ojo derecho son aquellos que tienen raíces, aquellos que fácilmente nos acosan. Este se vuelve el ojo derecho de la carne, el ojo dominante cuando se cede al pecado como “instrumentos de iniquidad...” (Rom. 6:13).

Para algunos es un dominante ojo derecho de fantasía. Este es el curso de los matrimonios: esposos o esposas soñando despiertos en algo mejor; con un ojo inicuo que está ciego a la realidad y enfocado en alguna fantasía. ¡Ellos no pueden creer que Dios haga un mila-gro de sanidad, porque viven con una visión falsa de que en algún lugar hay un hombre o una mujer perfectos! Hace algunos años yo estaba en un programa de televisión con un comediante que se había casado más de ocho veces y estaba a punto de casarse otra vez. Yo le dije: “Creo que acabo de conocer al hombre más triste en los Estados Unidos”. Más tarde, él confesó: “¡Ocho mujeres no pudieron haber estado equivocadas! Yo esperaba que ellas me trajeran felicidad. Estuve casado con una de ellas tan sólo una semana”. Puesto que ninguna podía hacerlo feliz, él podía irse. Si tú eres uno de los que sueñan despiertos, ¡necesitas un poco de colirio del Espíritu Santo en tu ojo para limpiar tu visión! Esas fantasías pueden destruir lo que queda de tu matrimonio.

Jesús dijo: “Sácalo y échalo de ti!”. Él está diciendo simple y llanamente: “¡Es suficiente, déjalo ya, no más! ¡No más fantasías perversas! ¡No más revistas y películas sucias! ¡No más ojos codiciosos! ¡Desecha ese ojo derecho! No dejes que esa pasión tenga ningún dominio. ¡Saca esa codicia de tu corazón! Cristo no te da una excusa; Él simplemente dice: déjalo o piérdete “…pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. Tú puedes orar, llorar por misericordia, rogar por gracia, excusarlo como debilidad, rogar desamparadamente, y aún decirle que es el trabajo de Dios y no el tuyo. Pero Jesús dice: “¡Sácalo tú, tú échalo de ti!” A nosotros no se nos mandaría a hacer algo imposible; tiene que ser posible, porque Él nos dijo que lo hiciéramos. Pero nosotros simplemente no queremos batallar contra el pecado. Por el contrario, nos plantamos enfrente de una película de la televisión, nos volvemos a algo vil, y oramos: “Dios, ¿Dónde está tu poder? ¡Libérame!” Caminamos a un puesto de revistas, tomamos una revista pornográfica , y decimos en voz baja: “Señor, ¿Dónde estás tú?”.

Escucha la advertencia de Cristo: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mt. 5:28). La mayoría de las personas estarían de acuerdo en que una aventura secreta rompe la confianza y arruina el matrimonio, y que fuera de la gracia de Dios nunca será lo mismo. Pero el mirar literatura pornográfica, ya sea el hombre o la mujer, y codiciar las imágenes, tienen el mismo efecto. ¡Tú eres igual de infiel! Sería lo mismo que haber estado físicamente con una prostituta. Tu adulterio mental destruirá tu relación con tu esposa. Esto hiere a los matrimonios, porque el esposo o la esposa no pueden ser igual a lo que tú viste. El diablo dice: “¡Él o ella es demasiado gordo! ¡Mira con lo que estás casado!” Las comparaciones se hacen, y lo que tú tienes ¡parece muy lejano de tu fantasía! Ahora tú miras, tus ojos codician, porque él o ella no te pueden satisfacer. Satanás ha contaminado tu mente, haciéndote sentir engañado.

En el tema de la masturbación, aún los escritores cristianos han escrito que es un medio legítimo de aliviar la tensión, que esto no es fornicación. Los cristianos solteros de ahora no consideran que entregarse a ello sea pecado, siempre y cuando todo se quede en la mente. Pero la Palabra de Dios lo llama autoindulgencia. Pablo, un hombre soltero dijo: “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eli-minado” (1 Co. 9:27). Pablo dijo: “… mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Co. 6:12).

El peligro para los solteros, así como para los casados es que estas pasiones y hábitos empiezan a controlar y a tomar poder sobre el cuerpo. “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo, mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Co. 6:18-20).

¿Puede Dios guardar a los solteros puros? ¿Puede darles ojos puros? “Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…” (Jud. 24). A la mujer soltera o divorciada Dios le dice: “No temas, pues no serás confundida; no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada dijo el Dios tuyo” (Is. 54:4-6). Para los hombres jóvenes David dice por el Espíritu Santo: “Mi porción es Jehová” (Sal. 119:57).
¡Si la cosa inmunda en la que tu ojo se enfoca no es quitada, todo dentro de ti se vuelve perverso!
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas” (Lc. 11:34-35).

Había un artículo en un periódico dominical reciente que ilustra apropiadamente estos versículos. Tenía que ver con una estrella de cine que se enamoró de su compañero de actuación. Pero esto no era recíproco. Él era amable con ella y ella malinterpretó esto como amor. Él, de hecho, tenía otra novia. Ella estaba tan obsesionada con él que perdió todo raciocinio y le mandó una muñeca desfigurada, dejándola en el escalón de la entrada de su casa; acosándolo por teléfono y con cartas. La policía se la llevó para interrogarla. ¡Esto destruyó su vida!
Esto es lo que la Palabra está hablando. Esa cosa perversa que el ojo no quiere dejar, se convierte en una obsesión. Empieza a tomar control. Todo el sentido común se va, gente inteligente empieza a hacer cosas tontas y peligrosas. La mente, cuerpo, alma y espíritu se llenan de perversa oscuridad.
Una mujer joven me dijo de cómo su amor por un hombre joven la estaba destruyendo. Ella sentía que estaba perdiendo su mente, siempre fantaseando acerca de lo que sería su vida con él. Yo hablé con él, y estaba sorprendido: “Yo en ninguna ocasión le he dado una razón para que piense que la amo. ¡Nunca hemos salido! Me la he encontrado en dos ocasiones”. Ella está ahora, al borde del suicidio, obsesionada con él, y él está herido, porque no fue su culpa. ¡Fue el ojo perverso de ella!
¿Por qué es Cristo tan insistente, tan exigente, en que esta cosa inmunda sea quitada, terminada y desechada? Porque Él conoce la horrible confusión y oscuridad que esto trae consigo. Todo lo que tú hagas estará contaminado con inmundicia. No vas a poder escuchar la voz de Dios. La luz que tú pienses que hay en ti, será oscuridad. Horribles pensamientos inicuos entrarán en tu mente. Vas a ser capaz de mentir, hacer trampa, disimular, ¡llamando a lo malo bueno y pervirtiéndote en todos tus caminos! Tú dices: “Sí hay algo que domina a mis ojos. Yo tengo mi ojo en alguien o en algo. Pero no puedo detenerme. No puedo dejarlo”. Jesús no dijo que sería fácil; pero sí que sería posible. “...mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que ser echado en el fuego eterno” (Mt. 18:8). Esto puede significar que tú termines acongojado o emocionalmente cojo. ¡Pero es una de dos, eso o el infierno! Sí, puede ser como si murieras. Algo va a morir en ti, pero se tiene que ir o arruinará tu alma.

Yo leí un sermón de un predicador famoso aquí en Nueva York, dado en una catedral al norte de la ciudad. Él dijo: “No suprimas esos sentimientos profundos. Abandónate, entrégate a ellos, de otra forma vas a destruir tu personalidad”. ¡Ese predicador va a encontrarse cara a cara con un ejército de almas condenadas en el infierno que no lo van a dejar descansar por toda la eternidad, por haberles mentido!
Jesús dijo: ¡Sácalo, échalo de ti!

sábado, 16 de noviembre de 2013

Volver a la sencillez de Jesús - Aulus Argollo

                             

Durante un período en el que estuve leyendo sobre diversos temas que tienen que ver con la vida de la Iglesia, tuve una especie de amonestación de Dios para que no siguiera adelante. En esos días tuve un sueño: estábamos en un especie de salón auditorio, y Jesús estaba allí presente hablándonos. Y tuve un sentir muy fuerte: Jesús es la llave, es el secreto. No lo son los muchos apuntes y enseñanzas.

Después de esto, comencé a leer mucho sobre la historia de la Iglesia, y quedé impactado al ver estas primeras comunidades que tenían un corazón ferviente para Jesús. Ellos fueron fuertes en la predicación, y dieron su vida por Cristo.
Vi su entrega y su gran amor por Dios, y comencé a estudiar sobre ellos.
Al mirar el testimonio de estos hermanos, observé un común denominador entre ellos: había una interpretación literal de los mandamientos de Jesús; tomaban sus palabras al pie de la letra.

Con el advenimiento de los teólogos, las cosas comenzaron a complicarse, pues ellos insertaron muchas interpretaciones confusas de las Escrituras.

 Un ejemplo bíblico: Moisés y Josué:
La ley le fue entregada a Moisés. Terminado su ministerio, Josué tiene la responsabilidad de releerla sin añadidos. Muchos años después, en la oscuridad de Israel, Josías la encuentra, y con sólo leerla procede a un arrepentimiento profundo.

 Un ejemplo negativo: los fariseos:
  Con sus múltiples interpretaciones, confundieron el contenido simple de las Escrituras. Jesús los confronta y censura fuertemente, diciendo:
  ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis. (Lucas 11:52)

En ese contexto religioso, Jesús comienza su ministerio y busca a hombres sencillos que se encuentren libres de estos paradigmas y contaminaciones. Solo así podía enseñarles.

 La Iglesia del primer siglo vivió el sermón con toda sencillez e intensidad, no había comunicación escrita, todo era catequesis verbal, pero aun así fueron santos y militantes. La separación del mundo de los hermanos del primer siglo fue tremenda

 Tengo la convicción de que la unidad de la iglesia de Cristo en la Tierra será el resultado de regresar con fuerza, sencillez y arrepentimiento a la Palabra de Dios.

El problema con los teólogos.
Les cito unas frases de Lutero, quien se supone que regresó a las Escrituras, pero escribió una gran cantidad de libros con interpretaciones particulares sobre ellas.

Lutero y los judíos.
 “Primero, sus sinagogas o iglesias deben quemarse… En segundo, sus casas deben asimismo ser derribadas y destruidas… En tercer lugar, deben ser privados de sus libros de oraciones y Talmudes en los que enseñan tanta idolatría, mentiras, maldiciones y blasfemias. En cuarto lugar, sus rabinos deben tener prohibido, bajo pena de muerte, enseñar jamás… La furia de Dios contra ellos es tan grande que están cada vez peor… Para resumirlo, estimados príncipes y nobles que tenéis judíos entre vuestras posesiones, si mi consejo no os es suficiente, buscad otro mejor para que vosotros, y todos nosotros seamos libres de esta insoportable carga diabólica”. (Lutero, "Sobre los judíos y sus mentiras").

  “¿Quién les impide a los judíos volver a Judea? Nadie… Les proveeremos todas las provisiones para el viaje, para vernos por fin libres de ese repulsivo gusano. Para nosotros, ellos son una grave carga, la calamidad de nuestra existencia. Son una peste enclavada en nuestras tierras”. (Lutero, obra citada).

 Esto dijo un hombre con una Biblia en la mano, la cual nos ordena amar a nuestros enemigos.

 Una interpretación de las Escrituras que ha separado a Jesús de su palabra; muchos adoran su persona pero desatienden sus mandamientos.

  La Reforma promulgó la libre interpretación de las Escrituras, pero quien salía de la enseñanza del Dr. Lutero, moría.

 Podríamos comparar a los teólogos con magos: "nada por aquí, nada por allá... "pero aparecen las enseñanzas diversas como por arte de magia.

  "Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:
 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
  Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
   Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
   Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
 Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres."
                                                                                                        Mt. 15:1-9 (Mr. 7. 1- 23)

Argumentos espirituales para invalidar la palabra de Dios.
La palabra ofrenda aquí es la palabra Corbán que el Señor usó hablando a aquellos judíos que
no honraron a sus padres. Básicamente lo que esos judíos decían a sus padres era “cualquier cosa
con la que te puedas beneficiar de mi: mi propiedad, mi ingreso, es Corbán, esto es, dedicado
a Dios y no te lo puedo dar”. Este era un juramento que acostumbraban hacer para no ayudar a los
padres. Hacían juramentos dedicando todo a Dios, y por lo tanto podían alegar que no tenían nada
para ayudar y de ese modo no tenían obligación para tal apoyo hacia sus padres

Hoy en la Iglesia existen muchos cristianos que son paganos, porque al igual que los idólatras adoran a Dios pero siguen en sus propios caminos; adoran a Jesús pero no conocen sus mandamientos.

                Jesús es para ellos sólo un objeto de adoración.

  ¡Tengamos cuidado que nuestra adoración a Cristo no sea sólo una contemplación mística! También existe una contemplación que es práctica, que tiene que ver con el amor a sus mandamientos.

  Mientras las corrientes de pensamiento se multiplican, y se amontonan maestros (teólogos), Jesús pide la exclusividad.

  "Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos." (Mt. 23:8-9)

Reseña de una experiencia de M. Moraes:

  "La mayor clase de Hermenéutica que yo tuve en mi vida, la más contundente instrucción de cómo tratar con la palabra de Dios, fue en Salvador, en un retiro abierto de pastores. En ese retiro estaba Jorge Himitian y un pastor se acercó para hablar con él. Este pastor estaba separado y casado con otra mujer y yo pude presenciar esa conversación entre este hombre y Jorge Himitian.
  "El hombre le preguntó a Jorge: “-Hermano ¿que cree Ud. en cuanto a ese asunto de divorcio y recasamiento?”. Jorge abrió en Lucas 16:18 y le leyó: “-Yo creo esto, que todo aquel que deja a su mujer y se casa con otra comete adulterio contra ella y aquel que se casa con la repudiada comete adulterio también”. Hasta ahí iba todo bien, pero el hombre le dijo: “-Está bien, pero ¿cuál es su interpretación de ese versículo?”. Entonces Jorge le respondió: “-Bueno hermano, yo voy a dar mi interpretación de este versículo. Mi interpretación es que todo hombre que deja a su mujer y se casa con otra comete adulterio y el que se casa con la repudiada también comete adulterio”. El pastor, ya nervioso y confuso, replicó: “-NO, yo no le pedí que me lea otra vez el versículo. Yo lo que quiero saber es cuál es su interpretación del texto”. Y Jorge le dijo: “-Ah bueno, discúlpeme. Yo le voy a dar entonces mi interpretación del pasaje. Todo hombre que deja a su mujer y se casa con otra comete adulterio y el que se casa con la repudiada también comete adulterio”.
  "Yo, al ver esa situación me gozaba y agradecía Dios por lo que estaba viendo. Fue una gran enseñanza para mí. "


El Padre le da exclusividad al Hijo:

"Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd." (Mateo 17:5)

El Sermón del Monte fue el material de catequesis que la Iglesia usó por siglos. Jesús termina su exposición hablando de los dos cimientos, de alguna manera estableciendo el fundamento de la conducta regular de un discípulo.


 "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca." (Mateo 7:24; Lc. 6.46- 49)



La adoración verdadera:

  "Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra". (Luc. 10:39)

  Cuando María está frente a Jesús, no está en una adoración mística, sino que está oyendo sus palabras. Quienes oyeron atentamente sus palabras, fueron tocados por una fe transformadora.

   "Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
y el que me ve, ve al que me envió.
  Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
  Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
  El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
  Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he  de decir, y de lo que he de hablar.
  Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho." ( Juan 12:44-50)

  Jesús dice: "¿Quién me ama?" En sus últimas horas, como en una especie de resumen nos dice así:
"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama;y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.  Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió." (Jn. 14:21-24)

 Tenemos que leer los Evangelios y poner como prioridad lo que Jesús puso como prioridad.
Acerca del Sermón del Monte, quisiera enfatizar:
*¿Estamos escuchando lo que Jesús nos dice acerca del fundamento?

*La profunda espiritualidad que se desprende de sus enseñanzas, el servicio, el amor, la humildad. Tenemos la necesidad de catequizar a los hermanos con los mandamientos dados en el Sermón del Monte.

*Cuando hablamos de la separación del mundo, ¿entendemos lo que Jesús nos dice? La Iglesia del primer siglo no tuvo muchos de los problemas que tenemos hoy en día; ellos se santificaron y fueron criticados por eso.

¿Porqué Juan escribió su evangelio?

  "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Jn. 20:30-31)

  La historia de Cristo tiene que seguir siendo leída y contada de manera constante. Porque sin darnos cuenta podemos volvernos paulinos, teniendo el foco más puesto en los escritos apostólicos que en las palabras de Jesús.

El mismo apóstol Pablo nos sugiere que sea la palabra de Cristo la que llene nuestra mente y corazón:

"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales." (Col. 3:16)

Cuando esta historia es relatada le da un firme anclaje a la fe del hombre.
En nuestros encuentros debería haber mucha más centralidad sobre Cristo y su historia, sus palabras.

¿Por qué se escribió el evangelio de Lucas?
 "Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido." ( Lc. 1:1-4)

Tenemos que tener cuidado con los pensamiento teológicos que colonizan nuestra mente y solapadamente nos debilitan. Limpiemos nuestra mente, no solo de los teólogos agustinianos, sino también de los teólogos de la Reforma.

 Los movimientos que estudié antes y después de Lutero, anabaptistas, valdenses, moravos, puritanos, cuando estos hermanos leyeron la Biblia y la obedecieron con sencillez, terminaron viviendo en comunidades que querían vivir lo que Jesús enseñó, constituyeron una hermandad en amor que hablaron claramente al mundo.

 Su energía no estaba puesta en entender, sino en vivir, en practicar.

 Hay una enorme diferencia con muchos grandes pensadores que le robaron a la cristiandad la fuerza de la verdad en su pureza.

 "Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;" (1Ti 6:3-6)

Un aporte de Manuel Rocha

  "Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo." (2 Co. 11:3)

  Pienso que muchas veces somos engañados y perdemos la sencillez de Jesús, y sin darnos cuenta estamos diluyendo las enseñanzas de Jesús en medio de nuestras explicaciones.

Diluimos la fuerza del sabor de Jesús, como quien diluye el gusto de una bebida deliciosa.

Creo que las cosas que necesitamos para el tiempo del fin, no las vamos a hallar en nuestros baúles de muchos apuntes. Como Mario dice: Jesús es suficiente.

Necesitamos una reeducación alimentaria. Quien de Él come, tiene vida.

   "¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme.
  Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
  Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
   Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles."
                                                                                                                                  (2Co 11:1-5)
Mario Fagundes:
Cuidado con ser engañados con otro espíritu, un espíritu que no revele verdaderamente a Jesús.